Enseñar a los niños y niñas a gestionar su control inhibitorio es clave para su desarrollo emocional y cognitivo. El control inhibitorio es la capacidad de pensar antes de actuar o de responder, una habilidad que no solo mejora su conducta, sino también su rendimiento académico y relaciones sociales.
Es fundamental que aprendan a pausar, reflexionar y actuar con intención en lugar de impulso. Ejercicios sencillos como juegos que implican seguir órdenes inversas o dinámicas donde deben esperar su turno ayudan a entrenar esta habilidad.
Un buen control inhibitorio es como tener un "filtro mental" , que les permitiráfunciones ejecutivas , fundamentales para su éxito futuro. Trabajar este aspecto desde la infancia les enseña no solo a actuar con más serenidad, sino también a fortalecer su atención y planificación .
El control inhibitorio es la capacidad de frenar impulsos y elegir una respuesta más adecuada tras haberlo pensado. Esta habilidad es esencial en el desarrollo infantil, pues permite que los niños y niñas aprendan a pausar, pensar y actuar , en lugar de reaccionar sin reflexión. Desde el programa NeuroEduca , trabajamos intensamente para desarrollar esta función ejecutiva clave, que influye en el rendimiento escolar y la vida cotidiana.
Uno de los ejercicios más simples pero efectivos es enseñarles a hacer una pausa antes de tomar una decisión o responder. Este proceso de "para, piensa, actúa" permite que el cerebro, especialmente la corteza prefrontal , tenga tiempo de analizar y decidir la mejor opción. Es aquí donde entrar en juego los beneficios neurocientíficos del control inhibitorio: mejora el autocontrol , la toma de decisiones y la gestión emocional .
En una reciente actividad de aula, un niño, tras semanas de práctica, me dijo: " Espera, señor, estoy pensando ". Esto es precisamente el resultado de entrenar su capacidad de autocontrol, una habilidad que les ayudará en todos los aspectos de su vida futura, desde lo social hasta lo académico. El entrenamiento constante que hemos realizado les permite controlar sus emociones, adaptarse a nuevas situaciones y gestionar sus impulsos.
El control inhibitorio no solo beneficia la convivencia en el aula, sino que también sienta las bases para un pensamiento más reflexivo y la capacidad de resolver problemas de manera eficaz. Estos niños y niñas están desarrollando, a través del juego y la práctica, habilidades que les permitirán ser más autónomos , empáticos y respetuosos con su entorno y con ellos mismos.
"La paciencia es la clave del éxito en el desarrollo personal y colectivo."
Proverbio chino