El campo de amapolas y la huella de cada ser
En nuestra aula de 4 años, nos hemos sumergido en una actividad creativa y sensorial: pintar con los dedos. Esta vez, estamos creando un campo de amapolas utilizando nuestras manos llenas de pintura. A través de esta actividad, los niños y niñas desarrollan habilidades motoras finas esenciales para la preescritura, a la vez que disfrutan de la libertad de crear arte de forma intuitiva y personal. Mancharse las manos con pintura les conecta con su propio proceso creativo, lo que fomenta la exploración y expresividad libre, cada uno a su manera y ritmo.
Las amapolas representan una metáfora perfecta para esta experiencia. Son flores que crecen en terrenos donde otros no pueden sobrevivir, fuertes y resilientes, a pesar de su apariencia frágil. A veces, las vemos mirando solas, mientras que otras veces están rodeadas por un campo de amapolas. Esta dualidad refleja cómo las niñas y niños pueden sentirse en la vida: únicos y fuertes, capaces de prosperar incluso en circunstancias difíciles, ya sea en solitario o en compañía de sus amigos y amigas.
Beneficios para las funciones ejecutivas
Durante la creación artística, se entrenan habilidades fundamentales como la atención sostenida , mientras el alumno se concentra en los detalles del proceso creativo. El control inhibidor se practica al manejar la cantidad de pintura, o al seguir instrucciones que limiten el uso de ciertas herramientas. Además, la planificación entra en juego cuando deciden en qué orden crear las diferentes partes de la obra. Esta actividad fomenta también la flexibilidad cognitiva , ya que cada amapola pintada es única, al igual que cada niño y niña, y se enfrenta a cambios o errores con creatividad y adaptabilidad.
Pintar con los dedos no es solo una técnica artística, sino una forma de explorar el mundo y sus texturas. Les enseña a ser conscientes del espacio que ocupan, de sus manos como herramientas y de sus ideas como creadoras de algo hermoso. Las amapolas, como los niños y niñas, florecen a su propio ritmo, en su propio terreno.
"A veces somos como las amapolas: únicos y fuertes, parecidos donde otros no lo pueden hacer."