En el programa NeuroEduca, hemos lanzado una iniciativa donde los niños y niñas traen plantas a clase, conectando la naturaleza con su aprendizaje diario. Esta propuesta no solo embellece el aula, sino que mejora el bienestar emocional y refuerza el desarrollo de sus funciones ejecutivas.
Beneficios de las plantas en el aula: La neurociencia nos indica que la presencia de plantas en el entorno promueve la atención y la concentración, elementos esenciales para un buen rendimiento académico. El cuidado de las plantas ayuda a los niños y niñas a desarrollar su memoria de trabajo y planificación al recordar cuándo regarlas o cómo cuidarlas adecuadamente.
Educación emocional y responsabilidad: Cuidar una planta implica responsabilidad. Cada estudiante se siente motivado y comprometido al ver crecer "su" planta, lo que fortalece su sentido de pertenencia y el vínculo con el aula. Además, esta dinámica promueve el trabajo colaborativo y la cooperación, aspectos importantes para el crecimiento social y emocional.
Función ejecutiva en acción: El simple hecho de cuidar y observar la evolución de una planta implica la activación de múltiples funciones ejecutivas. Por ejemplo, los niños y niñas ejercitan su control inhibitorio al seguir pasos específicos y evitar distracciones, y desarrollan la flexibilidad cognitiva cuando enfrentan cambios, como la necesidad de adaptarse a que algunas plantas requieren más o menos agua que otras.
Conexión con las familias: Además, este proyecto involucra a las familias, quienes ayudan a buscar las plantas y se unen al proceso educativo. Traer una planta de casa fortalece el vínculo entre el aula y el hogar, generando una experiencia compartida que promueve tanto el aprendizaje como la cohesión familiar.
"Cuidar una planta es aprender a cuidar de uno mismo y de nuestro entorno."