Sesión de Psicomotricidad: Moviendo Cuerpo y Mente
La psicomotricidad es una parte esencial del desarrollo infantil, ya que conecta el movimiento físico con el crecimiento cognitivo y emocional. En nuestras sesiones, los niños y niñas no solo mejoran su coordinación motora, sino que también fortalecen sus funciones ejecutivas, como la atención, el control inhibitorio y la planificación.
¿Cómo lo hacemos?
Durante estas sesiones, trabajamos tanto en actividades estructuradas como en juegos libres que invitan a moverse, pensar y sentir. La propuesta incluye estaciones de actividades físicas que permiten a los niños y niñas saltar, correr, gatear y trepar, mientras controlan sus movimientos y emociones. Una actividad estrella es el recorrido de obstáculos, donde deben planificar sus acciones, detenerse ante los retos y modificar su comportamiento según las reglas establecidas. Esta dinámica no solo fortalece su motricidad gruesa, sino que también cultiva la atención y la flexibilidad cognitiva.
El valor del juego corporal
La psicomotricidad también es clave para el desarrollo de la autonomía y la gestión emocional. Cada niño y niña enfrenta los retos a su propio ritmo, lo que les permite construir confianza en sí mismos y aprender a gestionar pequeñas frustraciones en un entorno seguro y motivador. Además, al interactuar con sus compañeros y compañeras, desarrollan habilidades sociales, como la cooperación y la empatía, fomentando un ambiente de cohesión en el grupo.
Beneficios a nivel cognitivo y emocional
La psicomotricidad estimula no solo el cuerpo, sino también la mente. Al proponer actividades que requieren concentración, autocontrol y toma de decisiones rápidas, los niños y niñas están trabajando de manera directa en el desarrollo de sus funciones ejecutivas, lo que les preparará para desafíos académicos y personales futuros.
"El movimiento es una ventana al aprendizaje, una forma de expresar lo que pensamos y sentimos."